Cultura | 23/08/2016
Son de acá
La magia de la radio
Cuando Eugenio Salerno cuenta un hecho, ese hecho se transforma en noticia, se vuelve importante. Cuando Cacho Pellegrini dice que va a llover, más de un oyente sale de su casa con paraguas, aunque el cielo esté despejado. Cuando Sebastián Ayala evoca a un cantor o comparte un relato, la oreja se pega a la radio y el mundo parece detenerse.
Los tres son pioneros del éter en Firmat y la zona. Empezaron cuando la propaladora se transformó en circuito cerrado e ingresó a los hogares. Sus voces son familiares, cercanas. Eugenio, Cacho y Sebastián son parte del aire.
Con la necesidad de decirles gracias y darles un abrazo, el 5 junio de 2013, un grupo de colegas los reunimos en la Biblioteca Popular “Nosotros”. Autoridades, familiares, amigos y oyentes se sumaron al reconocimiento. En el salón no entraba ni un alfiler.
Poco a poco el ambiente se pobló de anécdotas. Sebastián recordó que a Eugenio -dueño de la radio- le decían Walt Disney “porque hacía hablar a los animales”. Cacho confesó que la radio era el motivo por el que se levantaba cada mañana.
El público también dijo lo suyo. Reviviendo tiempos idos, José Ayala, hijo de Sebastián, contó que en su adolescencia fue operador de “El Jumbo del amor”, un programa romántico que Cacho condujo durante muchos años.
“Me acuerdo que una noche, mientras hacíamos el programa, llamaron por teléfono y asustaron a Cacho con algún tipo de amenaza. Cuando volvió al aire dijo: Seguimos haciendo el programa desde un estudio repleto de amigos”.
Textos del libro "Duendes Puebleros" • Mariano Carreras
Fotografía: Lisandro Carrobé