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Salud | 19/01/2018
Por: el Dr. Mauro L. Panichelli, Médico Oftalmólogo
¿Qué es el “síndrome de visión informática”?
La sobreexposición de la vista a diversos tipos de pantallas puede generar importantes trastornos en la visión. ¿Cómo se manifiestan y qué hacer para atenuar sus síntomas?

“Estoy frente a la pantalla y me empiezan a arder los ojos y me es muy difícil trabajar”. “Después de descansar los ojos un rato, el malestar disminuye, pero regresa rápidamente cuando vuelvo a usar la computadora”. “Si estuviera jugando, lo apagaría, pero lo necesito para trabajar”.

Estas y otras frases suelo escuchar a menudo en el consultorio, donde cada vez son más frecuentes las consultas de los pacientes por molestias que surgen a raíz del intenso uso de la computadora.

Esto no es un hecho casual ni particular de mi consultorio, se trata de un fenómeno mundial. Recientemente surgió el concepto de Síndrome Visual Informático (Computer visual syndrome, en su idioma original). Este síndrome puede afectar a cualquiera que pase tres o más horas al día frente al monitor de la computadora y la población en riesgo es potencialmente grande.

Al trabajar, estudiar o pasar muchas horas de ocio frente a distintos tipos de pantallas, como computadoras, tablets, televisores, celulares y otros dispositivos móviles, los ojos tienen que forzar su capacidad de enfoque y trabajo binocular que, a la larga, provoca alteraciones visuales por la demanda que exige.

Alrededor del mundo, hasta 70 millones de trabajadores corren el riesgo de padecer síndrome visual informático y es posible que la cantidad aumente. En un artículo acerca de este padecimiento se presenta una lista de profesionales en riesgo: contadores, arquitectos, bancarios, ingenieros, periodistas, artistas gráficos, secretarias y estudiantes, quienes no pueden trabajar sin la ayuda de la computadora.

Esta lista no tiene en cuenta a los millones de niños y adolescentes que pasan varias horas al día jugando con su computadora.

En el caso de los niños, varios consensos científicos entre neurólogos, oftalmólogos y pediatras determinaron que no se les debe permitir permanecer más de dos horas al día al frente de pantallas. Inclusive la recomendación de la Academia Americana de Pediatría es que los menores de dos años no deben permanecer frente al televisor en ningún momento.  
 

Los estudios indicaron que entre 70 y 90 por ciento de las personas que usan computadoras o tablets durante mucho tiempo, ya sea para trabajar o jugar, tienen uno o más síntomas del síndrome visual informático. Los efectos del uso prolongado de estos aparatos no solo se relacionan con la visión. También hay quejas de síntomas neurológicos, como dolores de cabeza crónicos y problemas musculoesqueléticos, como dolor de cuello y espalda.

Sin embargo, la molestia más común relacionada con el uso de la computadora involucra a los ojos, se puede experimentar visión doble y borrosa, así como ardor, picazón, sequedad y ojos rojos, lo que en conjunto puede afectar al desempeño laboral.

Una razón por la que el problema es tan generalizado es que, a diferencia de las palabras impresas en una hoja que tienen bordes bien definidos, los caracteres electrónicos, conformados por píxeles, tienen bordes borrosos, lo que provoca que para los ojos sea más difícil enfocar.  Sin que nos demos cuenta, estos intentan descansar constantemente cambiando su foco, y este constante cambio de la pantalla al punto de relajación provoca tensión y fatiga ocular.

Otro efecto que no es consciente es la frecuencia de parpadeo reducida, que puede provocar sequedad y ojos irritados. En lugar de una frecuencia normal de más de 20 parpadeos por minuto, al trabajar ante la pantalla, el parpadeo a menudo se reduce a unas 12 o 15 veces por minuto (a veces mucho menos).

Además, hay otros problemas. La distancia de la cabeza a la pantalla y su posición en relación con ella son también factores de riesgo importantes. Para proporcionar a los ojos una distancia cómoda para enfocar, la pantalla debe estar a unos 50 o 70 centímetros del rostro. Cuanto más cerca estén los ojos del monitor, es más difícil enfocar.

Del mismo modo, cuando se mira hacia el frente, los ojos deben estar al nivel del borde superior del monitor. Se aconseja que el centro del monitor esté unos 10 o 20 centímetros debajo de los ojos para minimizar la sequedad y el picor, para así reducir la superficie de exposición de los ojos, ya que no están totalmente abiertos. La distancia también permite que el cuello permanezca en una posición más relajada.

La iluminación o el brillo inadecuados también son otro problema. El contraste es crítico y se logra mejor con escritura negra sobre fondo blanco. La pantalla debe ser más brillante que la luz ambiental.

Quizá debas reubicar tu escritorio, usar algo que regule las luces de techo o persianas para disminuir la luz del sol.

Asegúrate de usar un monitor que se adapte mejor a tu agudeza visual y realiza un examen de los ojos de manera regular (al menos una vez al año) para garantizar que tu graduación esté actualizada.

Aunque la prevención es lo más importante, si ya tienes síntomas de síndrome visual informático, hay maneras de reducirlos o eliminarlos. Los oftalmólogos sugerimos apegarse a la regla “20-20”: cada 20 minutos, toma 20 segundos de descanso y mirar hacia una distancia de unos cinco metros.

Parpadea tanto como sea posible de manera consciente para mantener la superficie ocular bien lubricada. Para combatir mejor la sequedad, los ojos rojos y la irritación dolorosa, usa gotas lubricantes para ojos varias veces al día.

También podés reducir el riesgo de ojos secos evitando que el viento te sople en la cara y usando un humidificador para añadir humedad al aire de la habitación así como aplicarse compresas húmedas y calientes en los ojos todas las mañanas.
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