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Cultura | 26/05/2020
Por Mariela Giménez
Patria
Como cada mañana, lo primero que hago es poner a calentar el agua para el mate... La dejo hervir, como siempre, porque no tengo la paciencia de esperar que el agua esté en su punto. Prefiero agregarle un chorrito de agua fría después. El mate nunca me queda bien. O me quemo con el primero o está tan frío que se vuelve imposible de tomar.

Mate en mano, recibo el primer mensaje de la mañana. “Feliz día de la Patria”. ¡Me invade una nostalgia! Este 25 de mayo me encuentra muy lejos de casa. Añorando. Pienso en la Patria. ¿Qué es? ¿Quién es? ¿Será el mate que me estoy tomando? Es el mismo que toma mi vieja allá en Argentina. Y pienso que sí. También pienso que es mi cabeza en el regazo de mi viejo mientras mira el partido del domingo y el susto que me pego cuando grita “gol”. Pienso que es la chacarera que nunca aprendí a bailar y la zamba que me hace llorar. Es el sabor inolvidable de las empanadas salteñas de la mamá de Karina. Es el lamento del bandoneón de mi tío Dante, ¡cuánto se extraña escucharlo!

Es el Obelisco que siempre me impresiona, las montañas que me emocionan y la nieve que me quema las manos. También es el chico que tiene hambre, el abuelo que lucha para llegar a fin de mes y la mujer que grita para que no la maten. Es el que hoy se cubre la boca y sale a la calle a riesgo de contagiarse con este virus maldito, porque la vida sigue y eso sí que es Patria, somos los que nunca bajan los brazos. Es la solidaridad, la mano amiga, el chiste fácil. Patria es mi hija, que se reconoce en el castellano que no habla y se enoja si me escucha balbucear en inglés. Patria sos vos, soy yo, somos todos. Me pregunto si esta Patria es la que soñaron los hombres de ese 25 de mayo de 1810, y me digo que ya no importa... Porque ahora nos toca a nosotros soñar esta Patria y hacerla realidad, a los del 25 de mayo de 2020. Así que, dónde sea que estés hermano argentino, chin chin con este mate, y ¡Feliz día de la Patria!
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