Firmat, martes, 23 de abril de 2024
Edición Digital Nro: 948
 

Archivo | Busqueda avanzada

Locales | 19/09/2020
Nara: hace dos años la vida le daba una nueva oportunidad

Nara Del Greco tiene 28 años, pero hace dos años volvió a nacer. El 17 de septiembre de 2018, recibió un trasplante de hígado que milagrosamente le dio una nueva oportunidad.

Imagen de archivo. Nara en una entrevista realizada en El Correo durante 2019.

El año pasado, al cumplirse el primer aniversario de su trasplante, Nara compartió en sus redes sociales un mensaje emocionante sobre la experiencia que la transformó para siempre.

En esta ocasión, recordamos lo que narró la joven firmatense, protagonista de una historia de superación conocida por todos los vecinos y vecinas de la ciudad. 



17/09/19: A los 26 años un 17/09/18, exactamente un año atrás, me salvaron la vida colocándome un hígado de una donante puntana. El diagnóstico: Peliosis Severa.

Que contradicción, ¿no? Una vivió y otra murió, así de simple, así de duro. Fueron meses interminables, cinco operaciones que derivaron en una sexta, el trasplante. Ni contar el tiempo que me llevo volver a caminar y poder movilizarme por mis propios medios. Puse en pausa mi vida entera, me entregué de lleno a lo que el destino puso en mi camino, me enfoqué en mi recuperación y la chica que ven en la última foto es lo que conseguí tras meses de perseverancia, de no bajar los brazos, de dolor, de noches eternas sin dormir, llantos sin consuelo, de preguntas como: ¿Por qué a mí? Cuando me dieron el alta pesaba 32 kg, no podía mantenerme parada, me agitaba para hacer 5 pasos seguidos, hoy llevo casi 46kg. Resulta que nadie está preparado para estas cosas, no nos preparamos mentalmente para lo malo, por eso es importante aprender a sacar siempre de lo malo un cachito de bueno. Y freno un rato acá para hablar de la risa; fue la que convivió siempre conmigo, con dolor, sin dolor, viendo el sufrimiento de las personas que me quieren, viendo como había dejado un montón de cosas atrás y que la mayoría no fueron iguales cuando me desperté y ahí venía la rabia, la desesperación, pero la risa siempre firme, porque sana, te hace estar en paz. Una persona sonriente transmite buenas energías y era justo lo que necesitaba.

Vivimos tan al palo, preocupándonos y sufriendo por cosas tan chiquitas que cuando algo nos toca tan de cerca ahí valoramos lo realmente importante, entonces pienso: casi me muero. ¿A qué le puedo tener miedo?.

Estuve intubada sin poder respirar por mí misma. Enchufada a una cantidad impresionante de aparatos, inmóvil en esa cama por tanto tiempo. Me aferré a los sueños, porque soñar que uno puede más es tan hermoso. Si yo no soñaba en esa cama del sanatorio no salía.

Y es que vivimos en nuestro mundo metidos en nuestras cosas y nos descuidamos de prestar atención a lo simple.

Por eso hay que soñar mucho, vivir más y amar la vida.   

Periodista/Fuente: Estefanía Gutierrez Petruzzi
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales y no deben ser atribuidos al pensamiento de la redacción de El Correo de Firmat. Los comentarios pueden ser moderados por la redacción.