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Cultura | 04/04/2021
Historias de acá
‘Nuestro héroe regulero’, las sentidas palabras de una vecina a un ex combatiente de Malvinas

Como cada 2 de abril, los homenajes y las palabras se hacen presentes a lo largo y a lo ancho del país para aquellos héroes que lucharon y dieron su vida en la guerra de Malvinas.

En Firmat, en el amplio mundo de las redes sociales, tomaron vuelo las palabras de una vecina, que llena de orgullo soltó riendas a un sentido homenaje a Guillermo Lucero.

Se trata de la escritora firmatense, Lidia Ocampo, quien días atrás obtuvo un reconocimiento internacional por uno de sus textos (nota relacionada a través de https://bit.ly/39ndGjl), y ahora, se encargó de homenajear a “nuestro héroe regulero”.

Nuestro héroe regulero

En mi barrio siempre tuvimos un héroe que invisible a los ojos ingratos padeció mil penurias, mil dolores pero el más grande fue la indiferencia y el olvido.

El Guille, el hijo de la Ramona, el hijo de don Lucero, aquel muchachito que un día con pecho inflado de valentia y orgullo fue a luchar a la guerra, sin mucho conocimiento de que se iba a encontrar pero plenamente convencido de defender nuestras tierras.

Con sangre entrerriana y correntina por sus venas, marchó nuestro soldado regulero mientras su padre pedía a Dios y su madre a la virgen le rezaba una novena para que su hijo, vuelva sano, para que en las frías y húmedas trincheras no lo encontrara una bomba o una bala no lo alcanzará, para que la muerte no lo sorprendiera defendiendo su bandera.

Nuestro vecino y amigo, el que no se metía con nadie y saludaba a todos, según nos contó fue Cabo Primero, lucho por todos nosotros y nunca hizo alarde, siempre humilde como le enseñó su padre, volvió al barrio entre emoción y llantos, sintiendo tremendo fracaso por haber perdido la guerra...solo los conocidos lo abrazamos sintiendo orgullo.

Con el tiempo cayó en un vicio peligroso tal vez para olvidar, tal vez para mitigar ese dolor que trajo de las Islas y hubo gente que se aprovecho de su nobleza, lo lastimó como si su dolor fuera poco, pero él siempre respetuoso aún sumergido en el alcohol, andaba sin reconocimiento ni honores con un carro juntando cartones.

Tan ingrata y ciega esta sociedad con quién por ella se jugo la vida.

Hoy para él ha salido el sol, y se lo ve resplandeciente, esta mañana ha sido para los que lo queremos una gran emoción verlo izar el emblema nacional y no pude dejar de pensar en la sonrisa de su madre, en la mirada de orgullo que tendría su padre al ver a su Guillermo, nuestro “doctorcito” vestido tan prolijito, recibiendo por primera vez un merecido reconocimiento, él sonreía entre tímido y contento cada vez que alguien lo saludaba, y ahí a paso firme andaba, nuestro verdadero héroe, el que no lleva capa, pero que con su inexperta juventud defendió con alma y vida su Patria.

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