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Opinión | 29/11/2022
Ante momentos cruciales...
¿Sos cabulero/a?

En Argentina, hablar de cábalas es hablar de "superticiones basadas en el uso de determinado amuleto o ritual para tener buena suerte en algo”.

A primera vista, casi nadie reconoce ser cabulero pero cuando se repregunta o escarba un poquito, casi todos tienen una acción, un elemento o un procedimiento que repiten cuando buscan que el azar les juegue a favor.

“La cábala no se dice porque pierde efecto”, dice un hombre treintañero ante la consulta de este cronista, que claramente intuye que el encuestado es bastante superticioso. 

“Yo no tengo cábalas pero...”, aseveran dos compañeras de trabajo. El pero emerge ante la repregunta, ante la indagación que busca conocer la conducta asumida por tal o cual persona momentos antes de que juegue la selección de fútbol o algún ser querido rinda un examen, vaya a una entrevista de trabajo o se someta a una intervención quirúrgica.

Después del pero siempre está la confesión y están quienes terminan narrando que prenden velas, se tocan alguna parte del cuerpo o le piden ayuda a algún santo de su confianza, entre otras tantas cosas que en algunos casos son incontables. 

Las o los cabuleros confesos tienen procedimientos más elaborados: ponen las cosas en el mismo lugar que la vez que les fue bien, evitan pasar por algunos lugares, cruzarse con sultano o mengana o mencionar a tal o cual.

Lo cierto es que ante momentos cruciales, la mayoría busca “un palo donde rascarse” y las cábalas y las creencias emergen con tanta fuerza que hacen hasta el más escéptico se aferre a una estampita, evite pasar por debajo de una escalera o se ponga una cintita roja en la muñeca.  

Periodista/Fuente: El Club de los Tipos Sensibles de Firmat
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