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Deportes | 30/05/2023
Por Juan Andrés García
No siempre hay que ser Serena Williams

Hace unas semanas atrás, tuve que rendir una materia de una carrera de grado que estoy cursando y uno de los temas que me gustó desarrollar fue el de Actividad Física y Embarazo.

Por eso, en esta entrega para El Correo de Firmat, vamos a intentar romper con mitos de antaño y charlar con todos los conocimientos nuevos, materiales de estudio moderno y avales científicos de estos tiempos.

Comienzo diciéndoles a todas las mujeres que desean un embarazo o que están por ser mamás, que la Sociedad Argentina de Pediatría como la Fundación Española del Corazón aconsejan hacer actividad física durante el embarazo y, más aún, es recomendable empezar cuando una mujer ya tiene en planes quedar embarazada.

Eso sí, se puede entrenar, siempre y cuando los especialistas consideren que no hay ningún riesgo y les den el visto bueno. Previo al embarazo, se puede hacer actividades intensas y de alto rendimiento: Se puede jugar al futbol, básquet, rugby, hockey.

Se puede hacer gimnasia deportiva o ir a bucear a Puerto Madryn. También se puede entrenar en el gimnasio sentadillas profundas con cargas pesadas o salir y correr la “Ultra de Yacanto”.

Les repito que, en la fase previa, siempre y cuando los médicos te den el visto bueno, se puede.

Ahora, desde el momento en que una persona queda embarazada, “no es aconsejable el alto rendimiento deportivo”.

Todas las mujeres pueden seguir entrenando, pero no se recomienda con la intensidad, cargas, euforia con lo que se venía haciendo.

Ahora la prioridad es compartida entre la madre y el hijo que está por venir.

Claro que existen excepciones y conocidos son los casos de la tenista Serena Williams, cuando jugó el Abierto de Australia en el 2017, la fondista Alysa Montanaro o Lea-Ann Ellison que deslumbraba en fisicoculturismo y entrenó hasta su noveno mes, entre otros tantos ejemplos.

Pero lo que dice la ciencia contemporánea es empezar de a poco. Más si no se hace ejercicio de manera habitual.

Los consejos básicos son suspender actividades donde la futura mamá se pueda caer, recibir choques o golpes; cortar con ejercicios que demanden saltos o donde la apnea (falta de aire) sea recurrente, principalmente en el primer trimestre.

Lo que esta bueno que entrene una “embarazada” que desea comenzar a hacer actividad, es todo ejercicio físico que desarrolle alto contenido aeróbico donde se incluyan grandes grupos musculares. En la actividad que se desee desarrollar, lo mejor es hacer entre 20 a 30 minutos por día, pero si no se puede, lo que dicen los expertos, es hacer 30 a 40 minutos entre dos y tres veces a la semana. Estos consejos ayudan a la futura madre a: 1- Estimular circulación de la sangre. 2- Mejorar la presión arterial. 3- Contribuye a la sensación de bienestar físico y emocional. 4- Evita que se aumente de manera excesiva de peso. 5- Reduce el riesgo de diabetes gestacional. 6- Fortalece la musculatura. Las actividades más recomendables son: A- Nadar: este ejercicio físico aporta beneficios, ya que permite realizar movimiento sin necesidad de ejercer presión sobre las articulaciones. Además, la flotabilidad puede aliviar el peso extra y los movimientos en el agua armonizan todo el sistema muscular. Consejo: Elegir un estilo de nado que resulte cómodo y que no cause tensión en la nuca ni en los hombros. No se debe bucear ni hacer apnea o saltar al agua porque esto podría impactar en el abdomen. Por último, se deben evitar los jacuzzis y las saunas, ya que las altas temperaturas pueden causar deshidratación. B- Ejercicios de bajo impacto (yoga o pilates): dentro de estas actividades, se excluyen aquellas que tengan ejercicios con patadas y/o saltos, por más de que se esté en una camilla de Reformer. La opción de bajo impacto ayuda a mantener el equilibrio. Consejo: Es importante, si se acude a clases de entrenamiento funcional, informar al profesor para que modifique los ejercicios y aconseje sobre los movimientos más adecuados. C- Caminar a paso ligero: Si antes del embarazo, la mujer era sedentaria, puede empezar con caminatas y paseos rápidos. Esto ayudará a prepararse desde el punto de vista cardiovascular sin demasiado impacto en las rodillas. Consejo: A medida que el embarazo avanza, el centro de gravedad cambia y puede perderse el sentido del equilibrio y la coordinación, por tanto, es aconsejable ir por terrenos planos, sin rocas ni baches. Como último, para evitar percances deportivos y que, ni madre e hijo sufran algún tipo de lesión, se debe: 1- Entrar en calor cinco minutos antes de la actividad. 2- Finalizar la clase con diez minutos de elongación suave. 3- Usar ropa y calzado cómodo. 4- No sobrepasar las 140 pulsaciones por minuto. 5- No hacer apneas. 6- No terminar las sesiones de actividad física extenuadas. 7- Evitar ejercicios que puedan marear, por ejemplo los que demanden pararse de manera repentina (durante los tres primeros meses). Espero y deseo, que, con este artículo, todo lo que venga en el futuro se geste desde el amor, la responsabilidad y el disfrute.
Periodista/Fuente: Por Juan Andrés García (Profesor Nacional de Educación Física)
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