Deportes | 08/08/2023
Por Juan Andrés García
Si no duele, no crece
Sentir dolor después de un intenso entrenamiento puede hacernos creer que logramos un esfuerzo digno de un atleta olímpico, de un escalador llegando a la cima del monte Everest, pero ¿es realmente necesario llegar a ese punto para ver resultados?
Cuando las personas a las que ayudo a conseguir sus objetivos en el entrenamiento me dicen “hoy fue livianito, no me duele nada”, les contesto con el sarcasmo de “si te martillas un brazo vas a ver como duele y no crece…”
En la nota de esta semana en El Correo de Firmat les propongo leer un poco del mito sacado de contexto “No pain no gain” (Sin dolor no hay ganancia).
Investigaciones realizadas por la Universidad de Queensland han demostrado que las microlesiones musculares causadas por el entrenamiento son esenciales para el crecimiento muscular y la mejora del rendimiento físico. Sin embargo, el nivel de dolor no es indicativo del progreso. Un estudio publicado en el Journal of Strength and Conditioning Research encontró que el dolor post-entrenamiento no está directamente relacionado con el éxito del programa de entrenamiento.
Además, un estudio llevado a cabo por un equipo de fisiólogos del deporte de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Argentina, destaca la importancia de una recuperación adecuada en el proceso de entrenamiento. Su investigación sugiere que el descanso y la atención a las señales del cuerpo son fundamentales para evitar lesiones y obtener resultados óptimos.
Aquí les dejo algunos consejos para alcanzar los objetivos del entrenamiento que esten llevando a cabo, de manera segura y efectiva:
1. Escuchar al cuerpo: presten atención a las señales que les envía su cuerpo. Si sienten un dolor agudo y persistente, es momento de disminuir la intensidad o descansar. No se preocupen, ¡bajar la carga o descansar, no los hace más débiles!
2. Progresión gradual: Incrementen la intensidad y el volumen de los entrenamientos de manera progresiva. Establezcan metas alcanzables, reales y permitan que los músculos se adapten gradualmente.
3. Variedad de ejercicios: Ir cambiando las rutinas de entrenamiento de manera regular es de suma importancia, ya que evita el estancamiento y mantiene la motivación.
4. Descanso y recuperación: hay que darle al cuerpo el tiempo necesario para recuperarse y reconstruirse. Los días de descanso son fundamentales para prevenir lesiones y mejorar el rendimiento.
5. Nutrición adecuada: ¡Hagamos las cosas bien! Se sobreentiende que un entrenamiento inteligente debe ir con una dieta balanceada y rica en nutrientes para optimizar los resultados.
Para ir terminando, se debe recordar que el entrenamiento debe ser divertido y gratificante. Imaginen las sesiones de ejercicio como una oportunidad para conectarte consigo mismos y liberar el estrés.
En conclusión, el dolor leve post-entrenamiento es normal y puede indicar que estás desafiando tus límites, pero no es el único camino hacia el éxito. La clave está en la consistencia y el equilibrio. Escuchar a nuestro cuerpo, aplicar la progresión adecuada y seguir estos consejos los va a ayudar a lograr resultados duraderos sin poner en riesgo la salud. Así que “entrenen con inteligencia y disfrutando del camino hacia una vida activa y saludable”.
| Esta nota es en homenaje a mi mamá, Teresita Garrofé. Inmensa mujer que me enseñó, entre muchas otras cosas, a charlar de manera sencilla con ustedes.
Periodista/Fuente: Por Juan Andrés García (Profesor Nacional de Educación Física)
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales y no deben ser atribuidos al pensamiento de la redacción de El Correo de Firmat. Los comentarios pueden ser moderados por la redacción.